El juez Alito continuó en la parte pertinente: La interpretación del Gobierno trataría los delitos estatales “que involucran una sustancia controlada (según se define en la CSA)” como aquellos delitos federales “según la CSA”. Las interpretaciones de los peticionarios, por el contrario, tratarían esos delitos federales y estatales de manera diferente, es decir, el delito federal seguiría siendo un predicado de la ACCA, pero el delito estatal no.
La interpretación del Gobierno también cumple mejor los objetivos legales de la ACCA. En opinión del Congreso, los acusados que han cometido repetidamente delitos predicados de la ACCA son “especialmente propensos a infligir daños graves cuando están en posesión de un arma de fuego”, por lo que la ACCA impone un castigo más alto cuando lo hacen. Wooden v. United States, 595 US 360, 375. Debido a que el “historial de actividad criminal” de un acusado no “deja de existir” simplemente porque el delito se redefinió posteriormente, McNeill, 563 US, pág. 823, tiene sentido preguntar si un delito anterior cumplía con la definición de gravedad de la ACCA en el momento en que se cometió. Los argumentos contrarios de Brown y Jackson malinterpretan la teoría en la que se basa la ACCA. Una condena previa por drogas por un delito punible con 10 años de prisión augura un riesgo de peligrosidad futura incluso si la droga ya no se considera peligrosa. De hecho, en McNeill, la Corte encontró “absurdo” el argumento del peticionario de que una reducción posterior de la pena máxima por su delito reflejaba una sentencia legislativa de que su delito anterior era menos grave de lo que se pensaba anteriormente. Id., pág. 822. El “cambio posterior en la ley estatal” no “borró la condena anterior”. Id., pág. 823. Y era el hecho de esa condena anterior, no la sentencia posterior de la legislatura, lo que preocupaba a la ACCA, porque ese hecho “demostraba” la “culpabilidad y peligrosidad” del acusado. Ibid. Págs. 9-12.
Es difícil ver qué tiene de “absurdo” el argumento de que una reducción de la pena máxima por un delito reflejaba una decisión legislativa de que era menos grave de lo que se creía anteriormente. Ese argumento tiene más sentido que la posición inversa: que una reducción de la pena máxima no dice nada sobre la decisión legislativa de que el delito era grave.