El juez Wainer Apter continuó en la parte pertinente: El Estado no afirmó que el acusado fuera culpable de violar NJSA 2C:12-3 porque le dijo a la policía que estaban “causando demasiado caos aquí para nada”; porque llamó al oficial Healey “el maldito diablo”; o porque dijo que el oficial Healey "siempre estaba tratando de romperle el culo a alguien...". En cambio, el Estado sostuvo repetidamente que el acusado era culpable de amenazas terroristas porque amenazó con dispararle al oficial Healey en la cabeza.
Lo mismo ocurre con las publicaciones del acusado en Facebook. El acusado no fue procesado por escribir “¡¡¡Espero que quemen Freehold!!!” o “me uniré a ISIS. Jajaja." No fue procesado por publicar que era hora de contactar al Reverendo Al Sharpton, al Reverendo Jesse Jackson, Asuntos Internos, o a su abogado. No fue procesado por reprender a la policía por faltarle el respeto a su madre y tratar de mantenerlo en el sistema con pequeñas multas y quejas. Y no fue procesado por escribir “YU PAGARÁS, QUIEN TENGA ALGUNA PARTICIPACIÓN. ¡DESPERDICIÓ EL DINERO DE LOS CONTRIBUYENTES! … ¡MUY TRISTE PERO TENDREMOS LA ÚLTIMA REICIÓN! #JUSTWAITONIT[.]” El acusado fue procesado por amenazar con dispararle al oficial Healey en la cabeza, y luego concretar la amenaza pocas horas después con las palabras “SÉ QUÉ CONDUCE Y DÓNDE VIVEN TODOS SUS MOTHERFU$KERS[.]”
En pocas palabras, de todo el juicio se desprende claramente que el acusado no fue procesado por “discurso político disidente”. Fue procesado por amenazar con dispararle a un policía en la cabeza.
Y el acusado no hizo esta declaración en una protesta, marcha, manifestación o mitin político, sino cuando la policía respondió a una llamada de violencia doméstica en su casa. Por lo tanto, nos negamos a considerar si se requeriría una mens rea distinta de la imprudencia si el Estado intentara procesar el “discurso político disidente” como una verdadera amenaza de violencia bajo NJSA 2C: 12-3 (a).
La posición de la Corte es que no abordará cuestiones constitucionales a menos que sea necesario. En este caso, la amenaza de dispararle al oficial en la cabeza hizo innecesario abordar la Primera Enmienda en el contexto de la disidencia política.