El Tribunal continuó en la parte relevante: Al regresar a la sede de la policía, Muller colocó la caja sellada que contenía los viales de sangre del acusado dentro de un refrigerador equipado con cajas cerradas especialmente diseñadas. Sacó la llave y la depositó por un agujero al que sólo podía acceder el detective de turno.
La mañana después de que se extrajo la sangre, el detective Crescitelli sacó la muestra de sangre del casillero refrigerado asegurado y la transportó al laboratorio de la Policía Estatal de Nueva Jersey, donde se la entregó a un técnico de laboratorio. Durante el viaje de treinta y cuatro minutos desde la jefatura de policía hasta el laboratorio de la policía estatal en Hammonton, la muestra de sangre permaneció en el asiento del coche junto al de Crescitelli.
Michelle Adamson, una química empleada por el laboratorio de la Policía Estatal en Hammonton, testificó que analizó la muestra de sangre del acusado utilizando la prueba de cromatografía de gases en el espacio de cabeza. Después de recuperar la muestra de la bóveda, Adamson la llevó a la unidad de toxicología y colocó etiquetas con códigos de barras en los tubos. Aplicando los procedimientos para los que fue entrenada después de haber sido certificada como experta en pruebas de cromatografía de gases en el espacio de cabeza, Adamson analizó dos muestras de sangre del acusado. Ella testificó que siguió el procedimiento estándar de agregar una concentración especificada y conocida de n-propenilo a la muestra de sangre. Explicó que luego la máquina calcula un pico tanto para el etanol en la sangre como para el aditivo n-propenilo y determina la proporción del área del etanol en comparación con el área ocupada por el estándar de n-propenilo. Ese cálculo da como resultado una relación de área máxima. Es la relación del área del pico que luego se utiliza para determinar la cantidad de alcohol en la sangre. Utilizando esos procedimientos, Adamson testificó que el contenido de alcohol en sangre (BAC) del acusado era de 0.1416 en el vial A y de 0.1403 en el vial B.
El testimonio sobre la ubicación de las muestras desde el momento en que fueron extraídas hasta su prueba se relaciona con la “cadena de custodia”. La cadena de custodia se relaciona con el peso de la evidencia. Si hay intervalos de tiempo de custodia entre la recepción de una muestra y su análisis, la defensa puede argumentar que la muestra puede haber sido manipulada y/o que los resultados no son confiables.