La División de Apelaciones continuó en la parte pertinente: Reconocemos que las enfermeras de los hospitales, los flebotomistas y otro personal médico no son agentes de policía. No obstante, su estrecha interacción con los agentes del orden, al extraer sangre de sospechosos de DWI y al certificar “la manera y circunstancias bajo las cuales se tomó la muestra”, los coloca fácilmente dentro del ámbito de los límites “testimoniales” de Crawford.
Llegamos a una conclusión similar en Buda al sostener que la entrevista privada de un trabajador de DYFS con un niño maltratado en una habitación de hospital, después de que el trabajador hablara por primera vez con un investigador de la fiscalía y con un médico que sospechaba que el acusado había actuado mal, debería ser tratado bajo Crawford y Davis como un contexto “testimonial”. Debido a que el niño no testificó en el juicio y el acusado no tuvo oportunidad de ser interrogado, su declaración de oídas al trabajador de DYFS fue considerada constitucionalmente inadmisible.
La necesidad legítima del acusado de confrontar al trabajador del hospital es especialmente destacada en este caso, dadas las discrepancias alegadas entre el certificado de la muestra de sangre y el testimonio del oficial Knepper. El recuerdo jurado del oficial de que Gallant aplicó “algún tipo de toallita con alcohol” en el brazo del acusado antes de insertar la aguja plantea una auténtica preocupación de que la muestra de sangre del acusado pueda haber estado contaminada con alcohol de una fuente externa. El certificado de sangre dice lo contrario, indicando que el extracto in situ fue preparado con Betadine, “suministrado por el oficial en su botiquín”. Bien puede ser que el oficial Knepper se haya equivocado en sus recuerdos, pero ese es el tipo de cuestión que merece una explicación a través del testimonio en vivo del empleado del hospital. De manera similar, el oficial no estaba seguro de si Gallant agitó el conservante en el vial, una posible omisión que también pudo haber afectado la muestra. Una vez más, el propio Gallant podría dar fe de ello en el estrado de los testigos. En resumen, las razones por las que el acusado desea interrogar a Gallant en este caso no son fantasiosas ni vejatorias.
Será interesante ver si en algún momento el Estado elabora un protocolo mediante el cual un oficial pueda tener un conocimiento tan íntimo de primera mano de la toma de una muestra de sangre que pueda testificar sobre ello sin necesidad de la enfermera o el flebotomista. . Para hacerlo, el oficial probablemente tendría que estar capacitado como enfermero certificado o flebotomista.